Botellas y porqué se eligen las que se eligen

¿Alguna vez te pusiste a pensar porqué los vinos se fraccionan en determinas botellas, con variadas formas, tamaños y colores?

El envasado del vino en botellas de vidrio ha comenzado hace apenas unos 400 años. Anteriormente se utilizaban otros materiales como barriles de madera, vasijas y ánforas. Existen tantos tipos de botellas como uno quiera imaginar. Existen de diferentes tamaños, formatos y volúmenes.  

La decisión de la elección de una determinada botella, en las bodegas medianas y grandes, se toma entre el grupo enológico y el de marketing según algunos parámetros: tipo de vino, preservación del líquido, potencial de guarda y la identidad que se le quiera otorgar desde su packaging. En las bodegas pequeñas se utilizan los mismos parámetros pero con algunas mayores restricciones, principalmente, económicas.

La clasificación de botellas según su capacidad para vinos espumantes y tranquilos es muy, muy parecida. Salvo algunos detalles, se denominan de la siguiente manera:

  • 187,5 ml - Cuarto botella, Piccolo o Benjamín: Una cuarta parte de una botella de tamaño estándar.
  • 375 ml - Media botella o tres octavos: Mitad del tamaño estándar.
  • 750 ml - Estándar o tres cuartos: Botella más común que se encuentra en el mercado.
  • 1,5 L - Magnum: Equivalente a 2 botellas estándar.
  • 3 L (*) - Jeroboam o doble magnum: Equivalente a 4 botellas estándar.
  • 4,5 L - Rehoboam: Equivalente a 6 botellas estándar.
  • 6 L - Matusalem: Equivalente a 8 botellas estándar.
  • 9 L - Salmanazar: Equivalente a 12 botellas estándar.
  • 12 L - Baltasar: Equivalente a 16 botellas estándar.
  • 15 L - Nabucodonosor: Equivalente a 20 botellas estándar.
  • 18 L - Melchor o Solomon: Equivalente a 24 botellas estándar.
  • 25 L - Sovereign: Equivalente a 33 + 1/3 botellas de estándar.
  • 27 L - Primat: Equivalente a 36 botellas estándar.
  • 30 L - Melchizedek o Midas: Equivalente a 40 botellas estándar.
(*) En vinos tranquilos, se les llama así a las de 4,5 - 5 litros. 

Es complicado conseguir una botella más grande que una magnum en una vinoteca o supermercado. Generalmente, se deben pedir directamente a las bodegas y son contadas las cantidades disponibles. Un ejemplo sin datos oficiales pero muy cercano a la realidad es: por cada 20.000 botellas estándar de un vino apto para la guarda, se producen 120 magnum. Los otros tamaños más grandes son partidas especialísimas o pedidos puntuales como los espumantes para celebrar las victorias en el automovilismo, por ejemplo.

Como se sabe, el vino evoluciona con el paso del tiempo. Y esto es así por el pequeñísimo intercambio de oxígeno que realiza el vino en la botella a través del corcho. Este proceso recibe el nombre de microoxigenación. Está demostrado que cuanto más grande sea la botella, más tardará en evolucionar el vino que se encuentra dentro. Es decir, si se quiere guardar un vino por muchísimo tiempo, es preferible elegir botellas más grandes que las estándar. Porque además soportan mucho mejor los cambios bruscos de temperatura.

Según la forma de la botella, existen tantos modelos como regiones. Las más difundidas en nuestro país, sin dudas, son la bordelesa y la borgoñona. Esta última es más común verlas en los vinos Pinot Noir y Chardonnay, porque son originarios de la Borgoña francesa y en una referencia a su origen se acostumbra a presentarlos así. Entonces, algunas de las formas más comunes son:
  • Bordelesa: La botella más difundida. De hombros marcados y recta hasta el final. Se pueden encontrar casi todos los estilos de vinos. Desde tintos hasta blancos. Y en colores que van desde los transparentes hasta los verdes oscuros, pasando por los color caramelo. Es muy útil para la operación de decantado porque las partículas quedan detenidas en los hombros de la botella. Pero eso es un tema para más adelante.
  • Borgoñona: La botella, en mi opinión, más elegante de todas. De hombros caídos y de base más ancha. Hace referencia a los vinos de la borgoña. Se pueden encontrar Pinot Noir y Chardonnay. 
  • Champagne: Muy similar a la borgoñona aunque con vidrio más grueso para soportar la presión del gas disuelto en el espumante y es más ancha en la base.
  • Jerezana: parecida a la bordelesa pero con hombros más rectos. Se utiliza generalmente para embotellar jerez y oporto.
  • Franconia: en Argentina súper conocida como "caramañola". Es una botella registrada llamada "Bocksbeutel" que en la región alemana de Franconia se utiliza para envasar los vinos superiores. Es símbolo de calidad. Y, tomando esa idea, se importó el diseño en el año 1934 por la bodega La Rural para embotellar sus vinos "San Felipe".
  • Alsaciana: Del mismo estilo que la borgoñona, pero más alta y estilizada. Muy parecida a la Rhin. Se pueden encontrar vinos como los Riesling, Gewürztraminer y Albariño. Los colores varian desde transparentes hasta verdes oscuros. 
Existen muchísimos más modelos de botella como la Chianti que le es menester una canasta tejida de paja, la botella clavelin, la botella tipo ánfora. Y otros estilos de botellas que no son reconocidas por un nombre genérico, sino que son diseñadas para un vino en especial o para un cliente específico.

Entonces, ¿qué información nos puede dar la forma, el tamaño y color de una botella? La forma nos puede decir el tipo de vino que tenemos en frente. Si es una bordelesa, es complicado de dilucidar previamente. En cambio, si es una borgoñona, nos puede adelantar que estamos frente a un Pinot Noir o un Chardonnay. Sin embargo, no existe ninguna regla ni legislación en Argentina que obligue a las bodegas a envasar sus vinos en determinadas botellas, por eso, podremos encontrar cualquier estilo de vino en cualquier botella. 

Con respecto al tamaño, nos puede decir que, si es una botella magnum y una etiqueta emblema de una bodega, probablemente, ese vino sea reserva o gran reserva y tendrá una calidad superior. Se pueden encontrar vinos economiquísimos en botellas de 1,5 litros. Se obvia su calidad en estos casos. 

Y teniendo en cuenta su color, si se tratan de botellas transparentes o traslúcidas, estamos frente a vinos que deben consumirse en el año (máximo dos años después de su cosecha). La oscuridad u opacidad en el color de la botella se busca para proteger al vino de la oxidación que provoca la luz. Si el enólogo (o la bodega) quiere que un vino se vea lo menos afectado posible por los factores lumínicos externos, nos lo va a decir con la oscuridad del color en la botella que se envasa tal vino.

¡Te esperamos en instagram @benditoterroir para seguir hablando de vinos!


Comentarios

  1. Tremendo artículo!! Gracias por la data y el trabajo esmerado. En esta nota se nota ( recontra valga la redundancia) tu pasión. Soy tu fan!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por dejar tu comentario! Se aprecia mucho, en serio! Espero poder seguir transmitiendo la pasión en cada nota. Salud!

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Cordero con Piel de Lobo - Malbec 2019 - 86 pts.

Nampe - Chardonnay 2019 - 85 pts.

Cepas: Petit Verdot