Veganos: una tendencia creciente

En el mundo de hoy está claro que la corriente veggie está pisando, cada día, con mayor fuerza. Según estimaciones, alrededor del 5% de la población mundial no come carnes. En Estados Unidos, ese número pasó de 1% a 6% en los últimos cinco años y en Argentina el número de vegetarianos y veganos está alcanzando un 10%. Y claro, es una idea tentadora la de dejar de alimentarse del sufrimiento animal, pero muchos, me incluyo, no estamos listos para dar ese paso y hacer esa toma de consciencia. 

Dentro de este mundo sin carne existe una clara división: el vegetarianismo y el veganismo. Este último, según la RAE, es la actitud consistente en rechazar alimentos o artículos de consumo que sean de origen animal. Y es de lo que trataré en esta nota. De entrada les digo que no todos los vinos son veganos. Si bien su materia prima, la uva, es de origen vegetal, en su elaboración pueden aparecer productos no aptos para veganos. 

Existe un proceso posterior a la fermentación del jugo de uva y anterior al embotellado llamado clarificación. Este procedimiento busca "arrastrar" al fondo de los tanques las partículas que ocasionan la turbiedad y que aportan una sensación molesta de astringencia a los vinos. Y, para cumplir con este objetivo de manera más rápida, se suelen utilizar clarificantes derivados de proteínas animales. Los más comunes son la albúmina de huevo, la gelatina proveniente de los cartílagos de los pescados o animales terrestres, la caseína derivada de la leche o la ictícola sacada de la vejiga natatoria de los peces.

Sin embargo, existe un clarificante llamado bentonita, la cual es una arcilla mineral que cumple a la perfección con este propósito que antes mencionaba. Incluso puede optarse por no usar ningún tipo de proteína o arcilla y esperar que la naturaleza haga su trabajo, aprovechando la gravedad, logrando una clarificación natural por decantación de estas partículas donde la materia prima esencial es la paciencia.


Para que un artículo sea certificado como vegano no basta con no utilizar ningún producto de origen animal en su producción sino que debe demostrarse. Por eso, en el mundo existen entes reguladores encargados de realizar auditorías y emitir certificaciones que demuestren que tal o cual producto está libre, en este caso, de productos derivados de proteínas animales y de explotación animal. Existen dos entes certificadores de significativa relevancia: The Vegan Society es el ente certificador apto vegano más antiguo del mundo y VEG Argentina la cual es la primera etiqueta certificada apto veganos por Liaf Control.

Algunos autores afirman que un vino apto veganos puede llegar a distinguirse de otros que no. Pero no se destacan grandísimas diferencias. Probablemente, aquellos vinos en los que no se les adicione un clarificante, tendrán una turbidez un poco mayor, pero serán más fieles a su propia naturaleza. 

Al fin de cuentas, el vino es para disfrutar. Y qué bueno que existan estas propuestas para hacerlo cada vez más inclusivo y que todos tengamos la posibilidad de acceder a esta noble bebida sin caer en una contradicción con nuestros principios ni nuestra filosofía de vida.

Algunas bodegas que han incorporado alguna de estas certificaciones:
* Chakana
* Santa Julia
* Kaiken
* Sophenia

¡Te esperamos en instagram @benditoterroir para seguir hablando de vinos!


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